martes, 27 de febrero de 2007

La arquitectura, el arte inevitable



Roth Leland, Entender la arquitectura, sus elementos, historia y significado, GG, Barcelona, 1999 pags. 1-5

La arquitectura es el arte inevitable. Despiertos o dormidos, durante las 24 horas del día estamos en edificios, en tomo a edificios, en los espacios definidos por ellos o en paisajes o ambientes creados por la mano del hombre. De quererlo así, nos resultaría fácil evitar deliberadamente la visión de pinturas, esculturas, dibujos o cualquier otro producto de las artes visuales, pero la arquitectura nos afecta constantemente, configura nuestra conducta y condiciona nuestro estado de ánimo psicológico. Los ciegos no pueden ver cuadros y los sordos no pueden escuchar música, pero ambos están obligados a tener trato con la arquitectura, como todos los demás seres humanos. La arquitectura, más que limitarse a ser un mero cobijo o paraguas protector, es también la crónica física de las actividades y aspiraciones humanas. Es nuestro patrimonio cultural.
El arquitecto Louis Kahn escribió que "la arquitectura es lo que la naturaleza no puede hacer". El hombre pertenece a la categoría de animales que construyen, y realmente algunas de las estructuras construidas por pájaros, abejas o termitas, por nombrar sólo algunos, son, por su economía estructural, como obras de la ingeniería humana. En Suramérica existe un petirrojo que construye unos nidos de dos cámaras, comunicadas entre sí mediante un túnel colgante; el conjunto tiene la forma de unas pesas de barra, de las que se usan para hacer gimnasia. Ciertas termitas ciegas construyen unos atrevidos arcos de barro, empezando por los arranques y remontándose hasta que se encuentran en un punto en el aire. Algunos moluscos, como el nautilo, construyen sus moradas en torno a sí mismos, creando una cáscara dura de carbonato de calcio.
El caparazón del nautilo es útil como metáfora para el entorno edificado del hombre. Conforme el nautilo crece, va añadiendo una nueva y más amplia cámara a su cáscara curva, quedando la cámara desocupada llena de gas nitrógeno, lo que le sirve para aumentar la flotabilidad de la masa añadida; las partes más antiguas de la cáscara permanecen, sin embargo, como un registro de la historia del animal. La arquitectura es como la cáscara del nautilo de la especie humana; es el entorno que construimos para nosotros mismos y que, a medida que vamos adquiriendo experiencia y conocimientos, cambiamos y adaptamos a nuestro nuevo ámbito expandido. Si queremos conservar nuestra identidad, debemos tener la precaución de no eliminar la cáscara de nuestro pasado, ya que es como la crónica física de nuestras aspiraciones y nuestros logros.

En tiempos no muy lejanos era frecuente pensar que la arquitectura consistía únicamente en los edificios considerados como importantes, es decir en los grandes edificios para la Iglesia y el Estado, que precisaban del dispendio de muchas energías y grandes sumas de dinero. Tal vez la causa de esto haya que atribuirla a que, en el pasado, las historias de la arquitectura fueron escritas principalmente por arquitectos, espléndidos mecenas o cronistas de la corte que querían agudizar la distinción entre sus propias obras y la masa circundante de los edificios populares. Nikolaus Pevsner, en su compacta obra Breve historia de la arquitectura europea, publicada por primera vez en 1943, empezaba por hacer la siguiente distinción:

"un cobertizo para una bicicleta es un edificio; la catedral de Lincoln es una obra de arquitectura"La sabiduría popular a menudo establece la misma distinción, como demuestra la anécdota, ya tópica, de aquel fabricante de estructuras metálicas que ofrecía al cliente un amplio abanico de adornos para las puertas: estilo colonial, mediterráneo, clásico, etc. Tras un temporal de viento que produjo daños en varias de sus estructuras, el representante de la fábrica se tomó la molestia de telefonear a sus clientes para indagar cómo se habían comportado sus estructuras ante el temporal. Uno de ellos, cuya puerta de estilo colonial había sido arrancada por el viento, mientras el resto del granero permanecía en pie, le contestó: "El edificio ha resistido bien, pero la arquitectura ha volado".

De hecho, si tuviéramos que estudiar la arquitectura de las catedrales de Lincoln o de Notre-Dame de Amiens, o cualquier otra, sin tener en cuenta los edificios -es decir, todas las casas humildes que conformaban la ciudad en torno a aquéllas-, llegaríamos a una idea errónea de la posición que ocupaba la Iglesia en el contexto cultural y social de la edad media. Es preciso examinar ambas cosas; es decir, la catedral y las casas corrientes que la rodean, porque la arquitectura medieval está constituida por todos los edificios como conjunto. Análogamente, si queremos comprender la totalidad de la arquitectura de la ciudad contemporánea, tendremos quarconsiderar todos sus elementos componentes. Por ejemplo, para aprehender la ciudad de Eugene (Oregón), necesitaremos estudiar los cobertizos para bicicletas que están integrados como parte del sistema de transporte ; en ellos, los ciclistas dejan sus bicicletas atadas bajo techo y toman un transporte público motorizado. Los cobertizos para bicicletas son parte de la política ecológica municipal, que se esfuerza en mejorar el medio ambiente fomentando el uso de medios alternativos al transporte en coche particular.

La enfática distinción que hace Pevsner entre arquitectura y edificio es comprensible dada la concisión de su compacto libro, pues ello le permitió tratar mejor el amplio material que tenía que manejar. El punto de vista de Pevsner es consecuencia de la extendida influencia del crítico del siglo xix John Ruskin, quien hizo la misma distinción en la segunda frase de su libro Las siete lámparas de la arquitectura (Londres, 1849). El libro empezaba así: "Al comienzo de cualquier investigación, es sumamente necesario distinguir cuidadosamente entre arquitectura y edificio". Ruskin quería fijar su atención en los edificios religiosos y públicos, pero también reconocía que la arquitectura era un artefacto cultural sumamente informativo. En otro de sus escritos, el prefacio de S/. Mark 's Rest (Londres, 1877), advertía: "las grandes naciones escriben sus autobiografías en tres manuscritos: el libro de sus hazañas, el libro de sus palabras y el libro de su arte. Ninguno de esos libros puede ser interpretado por sí solo a menos que se lean los otros dos; pero de los tres, el único medianamente fiable es el último". Como el propio Ruskin reconocía, para abordar el conocimiento de la arquitectura del pasado, de cualquier periodo o cultura anterior al nuestro, tenemos que empaparnos de la historia y la literatura de ese periodo, que son como la crónica de sus actos y de su pensamiento, antes de poder comprender en toda su integridad el mensaje que transmite la arquitectura. Por lo tanto, la arquitectura es como la historia y la literatura escritas, un recuerdo de la gente que las produjo y, en buena medida, puede ser leída de la misma forma. La arquitectura es un modo de comunicación no verbal, una crónica muda de la cultura que la produjo.

Ese concepto -el de la totalidad del entorno construido entendido como arquitectura y el del entorno como una forma de diálogo con el pasado y el futuro- es el que subyace en este libro. La arquitectura se interpreta aquí como la globalidad del entorno construido por el ser humano, incluyendo los edificios, espacios urbanos y paisajes. Y, dado que en un libro de este tamaño no es posible examinar detalladamente todos los tipos de edificio de todas las épocas, el lector debe tener siempre presente la idea de que lo que constituye la arquitectura de cualquier periodo es el espectro global de su edificación, y no unos pocos edificios señalados.

A diferencia de otras criaturas que construyen, el ser humano piensa mientras construye, razón por la cual la edificación humana es un acto consciente, un acto que engloba innumerables decisiones y alternativas. Este hecho es el que distingue las construcciones humanas de los nidos de los pájaros y las celdas de las abejas, que son construidos como resultado de una programación genética. Los seres humanos construyen para satisfacer una necesidad, pero, aún así, sus obras expresan sentimientos y valores; expresan en madera, piedra, metal, yeso y plástico lo que consideran vital e importante, ya sea un cobertizo para bicicletas o una catedral. Esto puede adoptar la forma de un mensaje claramente entendido y deliberadamente incorporado por el cliente y el arquitecto, o puede ser una afirmación inconsciente o subconsciente, descifrable más tarde por el observador. De ahí que el edificio del Capitolio, en Washington DC, tenga tantas cosas que comunicarnos acerca del simbolismo del gobierno republicano de Estados Unidos en el siglo xix como las pueda tener el Empire State de Nueva York acerca del capitalismo y el precio del suelo urbano en el siglo xx. Análogamente, el Big Donut Shop, construido en 1954 en Los Ángeles por Henry J. Goodwin , tiene tanta importancia como artefacto cultural que como arquitectura, pues es un reflejo del amor de los norteamericanos por el automóvil y de su deseo de una gratificación alimentaria instantánea.

La arquitectura es el arte inevitable. Estamos en continuo contacto con ella, a menos que nos vayamos al bosque o al desierto; es una forma de arte en la que habitamos. Tal vez sea esta familiaridad la que nos hace verla sólo como un agente utilitario, simplemente como la más grande de nuestras contribuciones técnicas, a la que no prestamos más atención que la que dedicamos a cual- quíer aparato de uso cotidiano. Y, a pesar de ello, a diferencia de otras artes, la arquitectura tiene el poder de condicionar y afectar al comportamiento humano; el color de las paredes de una habitación, por ejemplo, puede influir en nuestro estado de ánimo. La arquitectura actúa sobre nosotros creando un sentido de temor reverente cuando paseamos entre las gigantescas columnas pétreas de la sala hipóstil del templo egipcio de Karnak;
o arrastrándonos, como por la fuerza de la gravedad, hacia el centro del vasto espacio cubierto por la cúpula del Panteón, en Roma; o haciéndonos sentir el flujo del espacio y el enraizamiento en la tierra de la casa de la Cascada, de Frank Lloyd Wright.

Qué duda cabe que una parte de nuestra experiencia de la arquitectura está basada, fundamentalmente, en nuestro disfrute de esas respuestas psicológicas -que el ar-• quitecto experto sabe cómo manipular para obtener el máximo efecto-, pero la experiencia más completa de la arquitectura la adquirimos si ampliamos nuestros conocimientos sobre un edificio, su estructura, su historia y su significado, contribuyendo, a la vez, a aminorar nuestros prejuicios y nuestra ignorancia.

También conviene recordar que la arquitectura, además de proporcionarnos cobijo, es una representación simbólica. Como escribiera sir Herbert Read, el arte es "una forma de discurso simbólico, y donde no hay símbolo ni, por lo tanto, discurso, no hay arte". Este contenido simbólico se percibe con mayor facilidad en los edificios religiosos y públicos, en los que el objetivo principal es hacer una proclamación clara y enfática de los valores y creencias de la comunidad. Cuando un edificio nos parece raro, suele ser porque el símbolo que representa no pertenece a nuestro vocabulario cotidiano. A los norteamericanos, que carecen de un legado arquitectónico gótico, la construcción del Parlamento de Londres en estilo medieval en pleno siglo xix puede parecerles a primera vista anacrónica. Pero resulta más comprensible si recordamos que este edificio debía incorporarse al conjunto de edificios góticos "auténticos" que subsistieron al incendio que motivó su construcción, y que, para el inglés del siglo xix, la arquitectura gótica era inherentemente inglesa y, por lo tanto, tenía una conexión de siglos con el gobierno parlamentario. Para muchos ingleses de la época, el gótico era el único estilo apropiado.
La arquitectura es la ciencia y el arte de la construcción. Para entender más claramente el arte de la arquitectura y su discurso simbólico es preciso comprender primero la ciencia de la construcción arquitectónica. Por consiguiente, en los próximos capítulos de la primera parte se explorarán los pragmáticos temas de la función, la estructura y el proyecto. Después, en la segunda parte, se abordará el simbolismo de la arquitectura como medio de comunicación no verbal.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

La arquitectura el arte inevitable

El hombre a todas horas esta en contacto con el arte lo quiera o no, y a veces lo pasa desapercibido. Pero que es arte? Por que cualquier individuo puede crear una obra pero para que sea considerada como tal debe de haber un mensaje, y alguien que lo perciba, lo trate de descifrar y le de un significado.
Pero como en todo hay diferentes formas de arte, como la música, la pintura, la escultura y la arquitectura. Para mi la forma de arte mas completa seria la arquitectura por que todas tratan de abrir nuestros sentidos, como lo música en lo auditivo, la pintura en lo visual y la escultura en lo táctil.
Pero la arquitectura va mas allá por que no solo apela a los sentidos, sino que es un espacio útil con un valor estético, donde cada parte tiene un significado y un por que. Desde el material que usaron, el ambiente que se esta creando, el diseño de paisaje, etc.
Generalmente se dice que el arte es elitista, por que solo algunas personas lo saben apreciar y tiene acceso a el, y en cierta medida eso es cierto, por que para ver pinturas y esculturas tienes que ir a un museo o galería donde se presentan, para escuchar música clásica tienes que ir a la opera, en cambio la arquitectura esta siempre a nuestro alrededor y puede ser apreciada por todos sin ninguna limitante.
Muchas veces una edificación llega a ser tan importante que se vuelve parte del patrimonio cultural de un pueblo dándole identidad y cohesión.
Y tenemos varios casos así que no solo eso sino que también le da una importancia, prestigio y reactivan la economía de ese lugar de manera considerable, algo que una pintura o escultura jamás harían aunque tuvieran un valor estético muy importante.
Por ejemplo la torre fiel de Paris, que empezó como el simple acceso de una feria internacional y con el paso del tiempo se volvió un hito nacional.
Pero a la arquitectura puede ser tratada como un legado cultural muy amplio que nos cuenta una historia del sitio o donde esta edificada, del tipo que personas que lo utilizaron, del período histórico en el que se encontraba etc. “son la crónica de sus actos y de su pensamiento”.



NOMBRE: GLORIA TERESA AVILA FLORES
GRADO: 6TO. SEM. ARQUITECTURA

Anónimo dijo...

La Arquitectura, el arte inevitable
La arquitectura es el arte inevitable, la arquitectura nos afecta constantemente, configura nuestra conducta y condiciona nuestro estado de ánimo psicológico.

La arquitectura, más que limitarse a ser un mero cobijo o paraguas protector, es también la crónica física de las actividades y aspiraciones humanas. Es nuestro patrimonio cultural.

El arquitecto Louis Kahn escribió que "la arquitectura es lo que la naturaleza no puede hacer

La arquitectura es como la cáscara del nautilo de la especie humana; es el entorno que construimos para nosotros mismos y que, a medida que vamos adquiriendo experiencia y conocimientos, cambiamos y adaptamos a nuestro nuevo ámbito expandido. Si queremos conservar nuestra identidad, debemos tener la precaución de no eliminar la cáscara de nuestro pasado, ya que es como la crónica física de nuestras aspiraciones y nuestros logros.

Era frecuente pensar que la arquitectura consistía únicamente en los edificios considerados como importantes, es decir en los grandes edificios para la Iglesia y el Estado, que precisaban del dispendio de muchas energías y grandes sumas de dinero

Si queremos comprender la totalidad de la arquitectura de la ciudad contemporánea, tendremos que considerar todos sus elementos componentes.

El punto de vista de Pevsner es consecuencia de la extendida influencia del crítico del siglo xix John Ruskin, quien hizo la misma distinción en la segunda frase de su libro Las siete lámparas de la arquitectura (Londres, 1849). El libro empezaba así: "Al comienzo de cualquier investigación, es sumamente necesario distinguir cuidadosamente entre arquitectura y edificio".

La arquitectura es como la historia y la literatura escritas, un recuerdo de la gente que las produjo y, en buena medida, puede ser leída de la misma forma. La arquitectura es un modo de comunicación no verbal, una crónica muda de la cultura que la produjo.

La arquitectura se interpreta aquí como la globalidad del entorno construido por el ser humano, incluyendo los edificios, espacios urbanos y paisajes. Y, dado que en un libro de este tamaño no es posible examinar detalladamente todos los tipos de edificio de todas las épocas, el lector debe tener siempre presente la idea de que lo que constituye la arquitectura de cualquier periodo es el espectro global de su edificación, y no unos pocos edificios señalados.
El ser humano piensa mientras construye, razón por la cual la edificación humana es un acto consciente, un acto que engloba innumerables decisiones y alternativas. Los seres humanos construyen para satisfacer una necesidad, pero, aún así, sus obras expresan sentimientos y valores; expresan en madera, piedra, metal, yeso y plástico lo que consideran vital e importante, ya sea un cobertizo para bicicletas o una catedral.

La arquitectura es el arte inevitable. Estamos en continuo contacto con ella, a menos que nos vayamos al bosque o al desierto; es una forma de arte en la que habitamos. A diferencia de otras artes, la arquitectura tiene el poder de condicionar y afectar al comportamiento humano; el color de las paredes de una habitación, por ejemplo, puede influir en nuestro estado de ánimo.

También conviene recordar que la arquitectura, además de proporcionarnos cobijo, es una representación simbólica.

Como escribiera sir Herbert Read, el arte es "una forma de discurso simbólico, y donde no hay símbolo ni, por lo tanto, discurso, no hay arte". Cuando un edificio nos parece raro, suele ser porque el símbolo que representa no pertenece a nuestro vocabulario cotidiano.

La arquitectura es la ciencia y el arte de la construcción. Para entender más claramente el arte de la arquitectura y su discurso simbólico es preciso comprender primero la ciencia de la construcción arquitectónica.

Claudia Olivera Onofre 6to Arq.

Anónimo dijo...

La arquitectura como arte inevitable

Considero crear es inherente al ser humano, desde la niñez y desde las primeras culturas del Homo sapiens por ese instinto crea el arte por lo tanto son inseparables. Esto es por que es una forma de expresarnos, de querer decir algo, una obra de arte posee un mensaje y un significado
Las formas arquitectónicas constituyen, como las pictóricas o las escultóricas, un lenguaje que contiene la posibilidad de transmitir mensajes.
A diferencia de otras artes, la arquitectura tiene el poder de condicionar y afectar al comportamiento humano; el color de las paredes de una habitación, por ejemplo, puede influir en nuestro estado de ánimo.
Por lo que “La arquitectura actúa sobre nosotros creando un sentido “
La arquitectura nos afecta constantemente, configura nuestra conducta y condiciona nuestro estado de ánimo psicológico.

La arquitectura, más que limitarse a ser un mero cobijo o paraguas protector, es también la crónica física de las actividades y aspiraciones humanas. Es nuestro patrimonio cultural.

Los seres humanos construyen para satisfacer una necesidad, pero, aún así, sus obras expresan sentimientos y valores; expresan en madera, piedra, metal, yeso y plástico lo que consideran vital e importante, ya sea un cobertizo para bicicletas o una catedral. Esto puede adoptar la forma de un mensaje claramente entendido y deliberadamente incorporado por el cliente y el arquitecto, o puede ser una afirmación inconsciente o subconsciente, descifrable más tarde por el observador.

Qué duda cabe que una parte de nuestra experiencia de la arquitectura está basada, fundamentalmente, en nuestro disfrute de esas respuestas psicológicas que el arquitecto experto sabe cómo manipular para obtener el máximo efecto, pero la experiencia más completa de la arquitectura la adquirimos si ampliamos nuestros conocimientos sobre un edificio, su estructura, su historia y su significado, contribuyendo, a la vez, a aminorar nuestros prejuicios y nuestra ignorancia.

Para entender más claramente el arte de la arquitectura y su discurso simbólico es preciso comprender primero la ciencia de la construcción arquitectónica. Por consiguiente, en los próximos capítulos de la primera parte se explorarán los pragmáticos temas de la función, la estructura y el proyecto.

La arquitectura es el arte inevitable por que durante las 24 horas del día estamos en edificios, en tomo a edificios, en los espacios definidos por ellos o en paisajes o ambientes creados por la mano del hombre.

Anónimo dijo...

Me parece interesante la arquitectura que elaboran los animales en la naturaleza ya que presentan muchos diseños según sus necesidades de vivienda . asi como los ejemplos de los pájaros, abejas o termitas existen otros como las hormigas que hacen grandes túneles muy complejos o también los castores que hacen burbujas de aire de bajo del agua por lo que es algo admirable ya que lo hacen por instinto.


Por otra parte estoy de acuerdo de que para analizar la arquitectura de una ciudad se deben considerar todos los aspectos de la misma y no solo basarse en un edificio por ejemplos si queremos estudiar la arquitectura de un pueblo maya y nos vamos al convento o iglesia del lugar pues no vamos a conseguir nada ya que también juega un papel muy importante las viviendas vernáculas y los edificios tanto contemporáneas como de la época de la colonia .


Volviendo con el tema anterior una diferencia que existe entre la arquitectura del hombre con la de los animales es que el hombre piensa como crear sus espacios para su propio confort y no solo por la utilidad ; es muy importante la clasificación que se le da a las obras arquitectónicas ya existen edificaciones y obras arquitectónicas que en la actualidad suelen mezclarse pero yo creo que una diferencia entre las dos es que las edificaciones solo están pensadas para cumplir la función en cambio las obras arquitectónicas tienen un interés y un sentimiento del diseñador que la ayuda a sobre salir sobre los demás.


Como conclusión yo creo que para hacer una buena obra a arquitectónica se debe de conocer muy bien el entorno, conocer su historia pensar que sensación se quiere dar para que agrade a la vista y ponerle un sentimiento especial para que sobresalga



JORGE POOT SOSA

Anónimo dijo...

Arquitectura… el arte inevitable
Emilio almaraz

Se le llama a la arquitectura el arte inevitable por que según la lectura la mayor parte de el tiempo estamos en entornos modificados por la mano de el hombre, pero no todos los espacios habitables son espacios artísticos, y con esto me refiero a lago mas allá de la estética, en la antigüedad la arquitectura surgió como una necesidad, casi como un artefacto o una maquina que servia para hacer mas confortable la vida de el hombre. Conforme el hombre fue evolucionando y fue desarrollando una sensibilidad fue tratando de embellecer estos espacios, y tratando de plasmar sentimientos, y al mismo tiempo reflejando las características de la forma en que se vivía en cada época.

En la actualidad nos encontramos en una regresión, en la que la mayoría de los edificios no cumplen con las necesidades adecuadamente, además de no ser bellos, la mayoría de los edificios son el resultado de una copia y mezcla de diferentes arquitecturas, perdiendo así una identidad propia, sin embargo la arquitectura actual refleja una cultura globalizada en la que las influencias y la información nos bombardean todo el tiempo, confundiéndonos y en ocasiones hasta haciéndonos perder nuestra capacidad de tomar decisiones. Sin embrago la cultura global no es necesariamente mala, lo que comúnmente nos pasa a los seres humanos es que no hemos sabido tomar lo bueno de cada arquitectura, solo tomamos lo que nos gusta, hay que adoptar a la cultura global con un análisis ártico y decidir que influencia es la que vamos a adoptar y que influencia es la que vamos a rechazar. Adquiriendo así un personalidad ecléctica pero adecuada para cada país o región.

Por otra parte en la actualidad se han realizado verdaderas obras de arte e ingeniaría que si reflejan mucho de nuestra cultura o de la de cada país, además de simbolizar un dominio de las ingenierías y de la tecnología cada vez mayor. Además de que nos hace reflexionar acerca de lo que es capaz del obre y de sus limitaciones infinitas

En la actualidad la mayoría de la arquitectura si refleja la vida contemporánea y en un futuro yo creo que será recadada como una época de transición en donde las influencias se mezclaron y cada civilización fue adoptando dichas influencias y adaptándolas a sus necesidades, tal vez en un futuro cuando esta etapa de transición termine la arquitectura adquirirá nudamente su personalidad.

Anónimo dijo...

Arquitectura… el arte inevitable
Emilio almaraz

Se le llama a la arquitectura el arte inevitable por que según la lectura la mayor parte de el tiempo estamos en entornos modificados por la mano de el hombre, pero no todos los espacios habitables son espacios artísticos, y con esto me refiero a lago mas allá de la estética, en la antigüedad la arquitectura surgió como una necesidad, casi como un artefacto o una maquina que servia para hacer mas confortable la vida de el hombre. Conforme el hombre fue evolucionando y fue desarrollando una sensibilidad fue tratando de embellecer estos espacios, y tratando de plasmar sentimientos, y al mismo tiempo reflejando las características de la forma en que se vivía en cada época.

En la actualidad nos encontramos en una regresión, en la que la mayoría de los edificios no cumplen con las necesidades adecuadamente, además de no ser bellos, la mayoría de los edificios son el resultado de una copia y mezcla de diferentes arquitecturas, perdiendo así una identidad propia, sin embargo la arquitectura actual refleja una cultura globalizada en la que las influencias y la información nos bombardean todo el tiempo, confundiéndonos y en ocasiones hasta haciéndonos perder nuestra capacidad de tomar decisiones. Sin embrago la cultura global no es necesariamente mala, lo que comúnmente nos pasa a los seres humanos es que no hemos sabido tomar lo bueno de cada arquitectura, solo tomamos lo que nos gusta, hay que adoptar a la cultura global con un análisis ártico y decidir que influencia es la que vamos a adoptar y que influencia es la que vamos a rechazar. Adquiriendo así un personalidad ecléctica pero adecuada para cada país o región.

Por otra parte en la actualidad se han realizado verdaderas obras de arte e ingeniaría que si reflejan mucho de nuestra cultura o de la de cada país, además de simbolizar un dominio de las ingenierías y de la tecnología cada vez mayor. Además de que nos hace reflexionar acerca de lo que es capaz del obre y de sus limitaciones infinitas

En la actualidad la mayoría de la arquitectura si refleja la vida contemporánea y en un futuro yo creo que será recadada como una época de transición en donde las influencias se mezclaron y cada civilización fue adoptando dichas influencias y adaptándolas a sus necesidades, tal vez en un futuro cuando esta etapa de transición termine la arquitectura adquirirá nuevamente su personalidad.

Anónimo dijo...

Arquitectura… el arte inevitable
Emilio almaraz

Se le llama a la arquitectura el arte inevitable por que según la lectura la mayor parte de el tiempo estamos en entornos modificados por la mano de el hombre, pero no todos los espacios habitables son espacios artísticos, y con esto me refiero a lago mas allá de la estética, en la antigüedad la arquitectura surgió como una necesidad, casi como un artefacto o una maquina que servia para hacer mas confortable la vida de el hombre. Conforme el hombre fue evolucionando y fue desarrollando una sensibilidad fue tratando de embellecer estos espacios, y tratando de plasmar sentimientos, y al mismo tiempo reflejando las características de la forma en que se vivía en cada época.

En la actualidad nos encontramos en una regresión, en la que la mayoría de los edificios no cumplen con las necesidades adecuadamente, además de no ser bellos, la mayoría de los edificios son el resultado de una copia y mezcla de diferentes arquitecturas, perdiendo así una identidad propia, sin embargo la arquitectura actual refleja una cultura globalizada en la que las influencias y la información nos bombardean todo el tiempo, confundiéndonos y en ocasiones hasta haciéndonos perder nuestra capacidad de tomar decisiones. Sin embrago la cultura global no es necesariamente mala, lo que comúnmente nos pasa a los seres humanos es que no hemos sabido tomar lo bueno de cada arquitectura, solo tomamos lo que nos gusta, hay que adoptar a la cultura global con un análisis ártico y decidir que influencia es la que vamos a adoptar y que influencia es la que vamos a rechazar. Adquiriendo así un personalidad ecléctica pero adecuada para cada país o región.

Por otra parte en la actualidad se han realizado verdaderas obras de arte e ingeniaría que si reflejan mucho de nuestra cultura o de la de cada país, además de simbolizar un dominio de las ingenierías y de la tecnología cada vez mayor. Además de que nos hace reflexionar acerca de lo que es capaz del obre y de sus limitaciones infinitas

En la actualidad la mayoría de la arquitectura si refleja la vida contemporánea y en un futuro yo creo que será recadada como una época de transición en donde las influencias se mezclaron y cada civilización fue adoptando dichas influencias y adaptándolas a sus necesidades, tal vez en un futuro cuando esta etapa de transición termine la arquitectura adquirirá nudamente su personalidad.

Unknown dijo...

La arquitectura como arte inevitable.

La arquitectura es inevitablemente un arte porque en ella se encuentra el significado del pensamiento del hombre a traves del tiempo y en los distintos espacios habitables.

Para entender el significado de la arquitectura de un lugar, habría que estudiar todo lo referente al lugar y la epoca, la evolución de pensamiento de los hombres, la economía, el porque del arte en ese lugar, el clima, etc.

“La arquitectura es nuestro patrimonio cultural”, es significado de todo lo que nos ha ocurrido, de nuestra evolución y de nuestra forma de pensar, inevitablemente es una arte porque influye en nuestros sentimientos.

Los seres humanos construyen con la razón y para satisfacer una necesidad, pensando en el entorno, en la vida, en un significado de la cultura, en el pensamiento de los hombres, es por eso que la arquitectura expresa sentimientos y valores y por lo mismo tiene el poder de afectar y condicionar el comportamiento humano. “Es una forma de arte en la que habitamos”.

Los arquitectos son capaces de aplicar la psicología y crear espacios habitables que afecten de cierta manera a los usuarios del mismo espacio, condicionándolos a los sentimientos y llevándolos a ver la arquitectura como un símbolo.

Anónimo dijo...

LA ARQUITECTURA COMO ARTE INEVITABLE.

La arquitectura es una de las artes mas controversiales dentro de las bellas artes, ya que al ser un arte útil y tan cotidiana que estamos en contacto con ella todos los días.

En realidad estamos en contacto con todas las artes pero en menor cantidad de tiempo y de frecuencia, aunque estas no siempre se perciben con todos los sentidos de los seres humanos.

La arquitectura además de un arte y de una forma de refugiarnos de las inclemencias del clima es una forma de conocer la historia o los vestigios que encierran a una sociedad, comprendiéndola mejor de los diferentes aspectos que esta expresa. Dicho de otra manera la arquitectura evidencia una forma de pensar, de actuar, de las actividades en un determinado periodo de la historia de una sociedad, como por ejemplo los castillos medievales nos dan testimonio de que había muchas batallas y que quien estuviera mas equipado era el que mas batallas ganaba en algunos casos, pero existen castillos mas estilizados que nos dan el testimonio de que ya no era tan necesario las disputas de los pueblos de la misma forma en como lo eran en el medioevo.

De cualquier manera la arquitectura siempre ha acompañado a la humanidad, y de muchas maneras apoya al resto de las artes. Como por ejemplo una concha acústica apoya a un concierto, o un museo apoya a las exhibiciones de ciertas obras para dar la cantidad de luz necesaria para percibir lo que el autor quiere transmitir.


En si todas las personas pueden percibir la arquitectura, la arquitectura puede regir ciertos estados de animo como una iglesia da la sensación de grandeza y de que existe un ser superior, o un edificio de gobierno tiene cierta masividad dando la sensación de control sobre todos los aspectos de una ciudad

Anónimo dijo...

La arquitectura es el arte inevitable, definitivamente es asi, los seres humanos siempre hemos buscado protección del medio ambiente creando espacios artificiales y que mejor cuando este espacio nos genera sensaciones agradables, es la arquitectura quien se ha encargado de satisfacer esta necesidad a lo largo de tiempo, adaptándose dependiendo de la época, las actividades y a las nuevas tendencias., aunque claro, no podemos hacer arquitectura nueva, sin tener como referencia al pasado, ya que de ahí tomamos experiencia y conocimientos para cambiar y adaptarlo a la actualidad.

Los seres humanos a diferencia de los animales, pensamos mientras construimos, los animales actúan por programación genética y los humanos por necesidades, englobando decisiones y alternativas al momento construir, por que no solo buscamos un lugar seguro, por ejemplo, si no que también buscamos la manera de expresarnos, generando sensaciones que tienen el poder de condicionar y afectar el comportamiento, representadas en los materiales, texturas, colores y espacios diseñados, el mensaje puede ser claramente entendido o descifrado.

Antes pensaban que la arquitectura solo eran los grandes edificios relacionados con la iglesia y con el estado, Fue durante la edad media cuando esta idea se fue cambiando, ya que no solo se consideraba arquitectura las grandes construcciones, si no también a las edificaciones que los rodeaban, ya que solo así se puede conformar una ciudad, como un conjunto. La arquitectura es un modo de comunicación no verbal, una crónica muda de la cultura que la produjo. El concepto es el de la totalidad del entorno construido entendido como arquitectura y el del entorno como una forma de diálogo con el pasado y el futuro.

Por eso es que consideramos que la arquitectura es un arte inevitable, por que es parte fundamental de la cultura y por que siempre estamos en contacto con ella...


.....CARO MARTIN